Hace tiempo quería escribir sobre este tema, por que todo el mundo relaciona: perder peso/grasa con comer extremadamente poco y pasar mucha hambre.
Les voy a contar mi historia y así aprovecho para desmentir este pensamiento típico de: no voy al nutricionista porque no quiero pasar hambre.
Empecé a ir al nutricionista a mis 16 años. Por supuesto que en ese momento no tenía la madurez ni el compromiso para hacer algo responsable con mi alimentación. Porque era adolescente, no me gustaba hacer ejercicio y no estaba consciente de que tenía que cambiar muchas cosas para mejorar mi salud. A partir de ahí, fui donde muchos otros nutricionistas.
Como ustedes saben, la ciencia va cambiando. Antes se hacían solo dietas de 1000-1200 calorías para combatir el sobrepeso y la obesidad. Se calculaba que la proteína que debíamos ingerir era 0,8g/kg de peso si no hacíamos mucho ejercicio. (Para los que no saben, esta cantidad es realmente poco). Porque solo los deportistas y atletas tenían «derecho» a comer más proteína.
Además, se creía que solo podíamos comer huevo 3 veces por semana, etc. Muchos mitos de estos yo también los conocí como paciente. Yo también tomaba limón en ayunas con agua caliente.
Usualmente las meriendas debían ser manzana, galleta maría, barritas light, etc. Y mis desayunos antes de ir al colegio era cereal o galleta soda con jamón y queso amarillo light. ¿Increíble verdad?
Y no estoy criticando a los nutricionistas que visité en ese entonces. Yo entiendo que eso era lo que les enseñaron, y que probablemente en algún momento dio buenos resultados. Les agradezco porque mucho después mejoré mis hábitos, aprendí a incluir vegetales en mi alimentación, me enamoré de las frutas, etc.
¿Logré bajar de peso? Sí.
Mi tasa metabólica basal (calorías que gasta mi cuerpo en resposo), se vino al piso. Estaba tan bajita mi TMB, que mi requerimiento calórico era muy bajo también. Y aún tenía grasa por perder, por que aún no estaba como yo quería estar.
Desgraciadamente, nadie me impulsaba tanto el ejercicio. Bueno, excepto mi papá, que me hacía salir a correr todos los días a las 5 am. Nunca logró que me gustara, pero al menos lo intentó. Fuimos a carreras juntos pero nunca las disfruté tanto. Era como una relación amor/odio
Me acuerdo cuando estaba en la U, y en un curso nos hicieron contabilizar todo lo que comíamos en el día. Me di cuenta que habían dias en los que ingería 900 kcal. WOW. Demasiado poquito. En este momento me di cuenta que tenía que hacer algo diferente, sabía que no era sano comer tan poquito. Aparte de que era claro que el hambre era demasiada, no tenía energía para nada, no estaba contenta. Nunca estaba satisfecha, siempre sentía hambre.
Años después de eso, comencé a hacer Crossfit. Me inscribí en Crossfit Snaga porque necesitaba encontrar un ejercicio que me gustara y me ayudara a perder esa grasa extra que tenía. De pronto, sin darme cuenta, meses después había empezado a ver resultados increíbles. Empecé a comer mejor y a ganar músculo. Mi tasa de metabolimo basal empezó a aumentar.
Empecé a incluir más proteína en mis comidas, a disfrutar mucho más lo que hacía. Empecé a comer de todo, en las cantidades que me correspondían pero sin eliminar alimentos de mi dieta. Incluí más fibra, más vegetales para llenarme más, dejé de comer tantos snacks light que ni me llenaban.
Acá estaba con mi última nutri, Mari, de Control Salud, quién me ayudó muchísimo a entender todo mejor y a disfrutarlo realmente. Luego, ya podía calcular todo por mi misma y hacer mi propio plan de alimentación.
Para los que me siguen en instagram, trato de compartir mucho lo que como, para que vean que no paso hambre en ningún momento.
Les cuento que aún sigo trabajando en aumentar mi tasa metabólica basal, para así aumentar mi requerimiento diario.
Es por esto que cuando veo a mis pacientes con un requerimiento bajo, mi primera recomendación es decirles: Necesitamos subir esa tasa metabólica, con ejercicio. Ganar músculo, por que sé por experiencia propia que comer muy poquito, puede darte resultados de momento, sin embargo no es sostenible.
Tuve un profesora en la U, que decía que habían pacientes que podían tener el metabolismo prostituído. En ese momento me sentí identificada, porque en realidad había hecho mucho desorden con mi alimentación al ir saltando de nutri cada vez que no veía resultados. Mi peso era un sube y baja.
En fin, al final del tiempo talvez pierdas ese peso que tienes extra, pero vas a estar con un requerimiento tan bajo que tendrías que mantenerte comiendo poco, y seamos honestos, comer es uno de los mayores placeres de la vida, nadie quiere mantenerse toda su vida comiendo poquito.
Ahora, entendamos que, para perder grasa SÍ debemos comer menos de lo que el cuerpo gasta. La famosa restricción calórica. Por eso necesitamos lograr que nuestro cuerpo gaste más al día, sin tener que mantenernos muriéndonos se hambre.
Y ojo, tampoco es que yo diga que sólo el crossfit sirve para esto. Fue lo que me sirvió a mí, porque fue el único deporte que me conquistó. Otra cosa positiva es que ya no odio correr! Ya me gusta. Sé que no soy tan buena pero igualmente lo disfruto.
Tomen en cuenta que cualquier deporte sirve, siempre acompañado de una buena guía nutricional.
Les comparto esta historia para que sepan que pasar hambre, comer poquito, hacer la dieta de la cebolla, de la sopa, etc, no es saludable.
Recordá que puedo ayudarte en tu proceso. Podés agendar tu cita aquí y podemos iniciar el cambio juntos.
Con cariño, Fabi