Tener una dieta a seguir o un plan de alimentación puede ayudarte a no tener que pensar en nada. Uno simplemente sigue lo que dice la hoja y listo, ves resultados. Fácil!
Las cosas se ponen más interesantes cuando la “vida real” pasa. Sí, esas reuniones familiares, cumpleaños, viajes, horas extra en la oficina, etc.
Apegarse a una dieta rígida o perfecta puede ser el mayor obstáculo para que progresés y puede ser una causa de estrés muy grande. Porque es muy común que, entre semana, en la rutina sepamos qué hacer y qué comer, el problema es cuando algunas de estas situaciones suceden y vemos todo blanco o negro. O sea, si tenemos lo que dice el plan de alimentación, lo seguimos, y si no, entonces elegimos la peor opción del menú porque “ya para qué”.
Por ejemplo, si como en la casa, todo bien porque ya sé que me toca comer ensalada, fajitas de pollo, arroz y frijoles. Pero me invitaron a almorzar, ¿qué hago? Y ahí te empezás a autosabotear. A pensar que ya fallaste con la dieta, que ya para qué, mejor me pido la pizza y el brownie de postre.
Un mes después llegás al consultorio, no ves avances y empiezan los pensamientos de:
Es por mi genética, es porque una semana entera no hice nada de ejercicio, es que el plátano maduro de la noche mejor me lo quita porque de fijo eso es lo que me está engordando…
No es así como funciona. El proceso para lograr un cambio involucra tener buenos hábitos la mayoría del tiempo, tomando las mejores decisiones siempre que se pueda o siempre que se quiera. Ojo, porque también es válido no siempre querer elegir la mejor opción. Pero de manera consicente, sabiendo que eso es lo que querés en ese momento.
El plan de alimentación es una guía o una herramienta que hacemos, pero siempre nuestro objetivo principal como nutricionistas es dar educación para que aprendan a saber qué hacer cuando nos toca comer algo que no está en el papel.
¿O acaso te imaginabas toda la vida pesando el pollo y midiendo el arroz?
La clave para lograr tu objetivo y mantenerlo, es ser realista, aceptar que no siempre se puede comer perfecto, haciendo lo mejor que se pueda con lo que se tenga.