Es común que cada vez que inicia el año, nos proponemos las mismas metas que vamos dejando a «medias» en los años anteriores.
Talvez es porque hay ciertos factores que se interponen en el camino para poder lograrlas. Iniciamos al año con tanta motivación, pero entonces ¿por qué no logramos mantenerla?
Acá te cuento mis 3 propósitos principales que definitivamente me van ayudar a cumplir mis metas de este año.
Cada cuerpo es un mundo, todos tenemos estilos de vida diferentes, genética diferente, practicamos ejercicios diferentes, etc. Pero a veces pretendemos avanzar al mismo ritmo que los demás. Las redes sociales pueden tener gran influencia en querer lograr una imagen o estética que no se ajusta a nosotros. Así que el primer propósito es, dejar de compararme.
Ir avanzando a mi ritmo. Si tenemos el compromiso, la disciplina y las ganas para lograr un cambio, este cambio se va a dar, a nuestra manera.
Ojo, que compararse no es lo mismo que inspirarse. Podemos seguir cuentas que nos inspiren y nos motiven a cambiar nuestros hábitos, sin que nos generen sentimiento de estrés por no ver avances de la misma manera que otras personas.
Enfocarse en un objetivo y tenerlo claro es muy importante, sin embargo a veces la deseperación hace que tomemos medidas que pueden poner en peligro nuestra salud, y no sólo física, si no que mental también.
Seguir cualquier dieta que leemos en internet, eliminar alimentos, o pasar hambre, o incluso hacer ejercicio excesivo esperando resultados mágicos, puede ser contraproducente en un futuro y para nada sostenible.
Lo más importante es definir qué es lo que queremos lograr, de la mano de una alimentación específica para mí que nunca ponga en peligro mi salud.
Uno de los propósitos más importantes, perderle el miedo a comer y a la comida. Si usted es de esas personas que ha luchado toda su vida para perder peso, y poco a poco ha ido tomándole cierto temor a algunos alimentos, esto es lo primero en lo que debemos trabajar.
Es más dificil lograr un objetivo si no puede disfrutar lo que come y a la vez confiar en el proceso. La relación con la comida es básicamente una relación que tenemos con nosotros mismos. Recordemos que para lograr un objetivo, se trata de un 70% alimentación y 30% ejercicio.
Poco a poco se puede ir aprendiendo de ningún alimento nos puede hacer daño por sí solo, a menos de que abusemos de él en cantidades excesivas. Es un proceso, pero se trata básicamente de confiar en que las cantidades siempre van a ser lo más importante ya que la porción de cada alimento es la que define cuánto estamos ingiriendo en cuanto a energía o calorías, que finalmente eso es lo que produce que aumentemos o rebajemos.
No dudés en dejarme tus comentarios! Con gusto te puedo ayudar!